Este sumiso me pidió ser severamente azotado

En los preliminares le pedí que se desnudara completamente. Luego, para comprobar su buena disposición y su profundo deseo, le pedí que se arrodillara delante de mí y me besara los pies... Por su actitud dócil pude comprobar que estaba dispuesto a recibir el severo castigo que había pedido. No podía haberme complacido más y ya podía sentir una intensa excitación, como si mi coño estuviese empapándose...

Señora Artemisa

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