Mi nuevo jóven sumiso me había pedido adorarme, pero quería hacerlo en presencia de otra elegante dama. Alguna de mis amigas de confianza. Cuando llegó a la cita estaba yo estaba todavía sola y le hice desnudarse delante de mi. Estaba muy cachondo a juzgar por su enhiesta polla. Supongo que mi minusculo vestido y mis interminables tacones no le ayudaban nada a relajarse. Luego llamaron a la puerta y le obligué a abrir a mi amiga. Le dije a mi amiga que podía colgar su bolso y su chaqueta en la erección del sumiso. No sé si le gusto más al sumiso o a mi amiga, que disfruta con los caballeros de verdad. Luego nos sentamos las dos en el salón con el esclavo desnudo de rodillas en el centro y comenzó el espectáculo. Primero nos limpio los zapatos largo rato con su lengua. Los pies no le dejamos aunque lo rogaba una y otra vez. Luego le dije que se masturbara para nosotras, al ritmo que yo le indicaba y, por supuesto, paraba cuando le decía. Muy obediente y atento el chico. Da gusto con los hombres que tienen las ideas claras. Nos hizo reir bastante con sus súplicas y su frustración. Al final, su servilismo me conmovio y le premié: tuvo el honor de correrse en el suelo a nuestros pies. Él mismo lo limpió con su lengua sin yo decirle nada, lo que a mi me llenó de orgullo y a mi amiga de risas.
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Señora Artemisa.
Sin duda este es uno de mis post favoritos y hay muchos. Es un modelo de criado para mi.
Con lo que me gustan a mí los zapatos.