Soy Bragador, nombre puesto por mi ama Artemisa, y esta es la historia de las bragas de Agostina.
Hace unos años atras, buscaba por mi ciudad una chica para tener sexo y encontre una sumisa llamada Agostina, ella tenia mi edad, era alta y morena con algunas pecas en la cara. Comenzamos a hablar, en ese entonces yo era solo un dominante mas, asi que quedamos en fornicar lo más rápido que pudimos, me confesó que estaba comprometida pero a mi no me importaba, nos vimos unas tres veces y en la última vez me quede con sus bragas como trofeo, ella estaba satisfecha con mi rol de dominante pero en mis adentros queria que me hicieran todo lo que yo le había hecho a ella, mi excusa para quedarmelas fue que ahora eran mi trofeo de hombre dominante ante ella.
Ahora esas bragas son el instrumento de mi Domina Artemisa para controlar mis orgasmos y yo no podria ser mas feliz, lo que un dia fue para empoderarse, hoy lo entrego voluntariamente a mi ama y señora para servirle.
Gracias mi señora Artemisa por dejarme escribir esta historia.
Cuando mi señora Artemisa me dio permiso para comenzar a masturbarme, lo hice enseguida, la verdad es que estaba muy excitado al respecto, comencé a hacerlo con fuerza, imaginando como mi ama me miraba fijamente mientras me masturbaba para y por ella sobre las bragas de Agostina, mi preciado trofeo, cuando estaba cerca de terminar, comencé a grabar y deje simplemente que mucho semen saliera manchando las bragas. Luego de enviar el video, le pedí permiso a mi señora para poder limpiar mi semen con la lengua, lo cual la hizo feliz y por ende a mi tambien, volvi a grabarme lamiendo mi semen de las bragas, jamas lo habia hecho pero parecía como si fuera mi lugar, lo que se supone que debía hacer y si hace feliz a mi ama Artemisa, con mucho gusto lo haré las veces que haga falta.
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