Estaba citado desde la semana anterior... Todavía el cuerpo con marcas de la anterior sesión. Mi Dueña, la Señora Artemisa me había avisado que deberia satisfacer a un hombre. Quería prostituirme. Obviamente no soy nadie para opinar.Mi Señora Artemisa, bellísima, su piel blanca y suave, su pelo negro muy oscuro. Elegante y sensual, llevaba zapatos de alto tacón, algo de plataforma, negros con las vueltas rojas que remarcaban sus pantys que subían hasta perderse debajo de la falda de un vestido insinuante, piel, de dómina absoluta. Elegante, sin atisbo de vulgaridad.Llegué a su Estudio, primero la ofrecí, de rodillas, un regalo. Creo que le gustó y sobretodo el gesto de sumision. Al rato me encontraba ya desnudo, a cuatro patas ofreciendo mi culo abierto. Mi dueña castigaba mis pezones y palpaba mi polla dura. En breve entró en la habitación el hombre, el cual gozaba en fantasear en ser un cornudo cuya mujer le obsequiaba con una ramera, que era yo. Mi Señora Artemisa, controla en todo momento la situación, con una voz dulce y aterciopelada, sin un grito, sin ninguna concesión a la vulgaridad, con seguridad. Un susurro dulce que te hace ver la propia inferioridad y lo inexorable de tu destino. Con un mero gesto, una breve orden manejaba dos sumisos. Noté al otro siervo detrás, desnudo, su pene erecto contra mi culo taponado con un plug. Hubiera deseado que me penetrase pero mi Ama tenia otros planes... Me manoseaban, mi señora me hacia ver cual iba a ser mi destino con ella. Al rato me ordenó volverme y chupar, felar la gruesa polla del hombre. No soy homosexual, no gozo con ello, pero abri la boca excitado por dar gozo a mi dueña. Mame, chupe y lamí.. Hasta recibir su corrida, espesa y abundante, en mi boca. La abrí para que mi domina gozase del espectaculo. Despidió al hombre y a mi me regaló poder eyacular en una copa donde había orina suya. Lo bebí en el preciso momento del postorgasmo, en frío, cuando la excitación del hombre es mas baja...Y gocé dando el tributo de sumisión que mi Dueña merece.
La voz de la Sra. Artemisa : Los pendientes que me regalaste me quedan perfectos. Siempre me encantan los regalos de joyas 😍. Además, Cornudo Rob quedó muy satisfecho con tu prestación. Correrse en tu boca fue un verdadero alivio para él, ya que su mujer se negaba a dejarlo follarla. Te vi disfrutando de mi orina. y sé que ansiarás volver pronto...👠
Los preciosos pendientes
que me regalaste:
Además, has cumplido la condición
que te impuse al ofrecer estos
mismos pendientes a tu señora :
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