Al final de la sesión, cuando le veo aún muy excitado, con la polla aún dura apuntándome, empiezo su ordeño. Tengo que hacer que te corras en la palma de mi mano enguantada. Y si, cerdito, estás tan excitado que también me manchas la falda, te propongo que te arrodilles y empieces por limpiarme la falda con la lengua... Antes de terminar lamiendo la palma de mi mano. No te obligaré a hacerlo, pero me gustaría mucho que no te resistieras a mi propuesta, hecha con mi voz más suave.
Señora Artemisa
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Me fascina ser ordeñado por, La Señora. Sé que le es algo complicado hacerlo con, tan sólo dos dedos. Pero la satisfacción de, LaSeñora, al ver mi diminuta corrida, es maravillosa. Me mira fijamente, se ríe a carcajadas. Mientras piensa lo patético que soy, por mi micro pene y escasa corrida.
Gracias Señora.