La señora Artemisa me suministra regularmente sumisos lame coños...

El sumiso llega al estudio de la Señora Artemisa. Ella le recibe amablemente, sonriente y vestida sexy. Él entrega su tributo y ella le venda los ojos. Le pido que se arrodille y ponga su cabeza entre mis muslos: "Haz que me corra con tu lengua". Me encanta ver cómo se esfuerzan por darme placer. Cuando acaban, la Señora suele venir a recogerlos y los acompaña hasta la puerta ¡Sin que sepan a quién han lamido! Es emocionante pensar que le está entregando un tributo a la Señora Artemisa, sólo para hacerme correr.

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A veces y cuando estoy de muy buen humor algunos tienen derecho a una pequeña recompensa, siempre los ojos vendados: