Al principio de nuestra relación, dudaba de que este hombre quisiera realmente ser sumiso. Quería follarme y enseguida se dio cuenta de que no le sería posible. Así que fantaseaba con poder lamerme el coño algún día y al final se dio cuenta de que para él seguiría siendo una fantasía incumplida. Y hoy sabe lo afortunado que es de poder besarme el culo y lamerme el agujerito. Disfruta mucho y ha encontrado su sitio arrodillándose detrás de mí. Como me gusta su actitud, incluso le he permitido que se pajee mientras muestra tanta devoción por mi ano.
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todos los hombres podemos y "debemos" ser educados.
Los más rebeldes necesitarán tratamientos más duros para quebrar su voluntad y hacerles entender su papel en el mundo.