Cuando te liberé de tu jaula de castidad, sabías que si eyaculabas en mis medias tendrías que lamer tu propio semen de mis pies. Me dio mucho placer ver con qué obediencia cumpliste mi petición, que te hice con mi voz más dulce. Cuando acudas a mi estudio en este estado de deseo, sé que no me negarás nada, pues el colmo de tu deseo es complacerme.
Señora Artemisa
Si quieres demostrarme lo obediente que eres, ponte en contacto conmigo: https://domina-artemisa.wixsite.com/my-site/about-3-2
Deseando ir a Madrid bien cargado...