"Por fin llegó mi primera sesión con mi señora artemisa, y mi primera sesión de mi vida. Estaba tan nervioso que no dormí bien de la excitación. Cuando llegó la hora de ir, metí mis juguetes en la mochila y me fui rumbo a la dirección que me había dicho mi señora. Al llegar aviso de que ya estoy en el portal y mí señora me dice que espere unos minutos. Cada minuto que pasaba, mis nervios y excitación aumentaban cada vez más, hasta que por fin me dijo que subiera a su apartamento. subo el ascensor y cuando llego a la puerta toco el timbre. Oigo pasos acercándose a la puerta, y a medida de que se acercan más, esos pasos suenan con mas fuerza. Se abre la puerta y veo a mi señora con un traje de enfermera super sexy y mi imaginación echa a volar. Yo en ese instante ya me sentía super cachondo. Hablamos un poco de lo que me gustaba, y me manda a la habitación a desnudarme y dejar en la mesita mis juguetes. Al volver ella yo ya estaba desnudo y con mis juguetes en la mesa. Me dijo que me pusiera frente a ella y empezó haciéndome un nudo en la polla y atizandola un poco. Se puso unos guantes de látex y siguió masajeando mi polla y haciéndome un tacto rectal. Lo necesitaba ya que estaba malito y formaba parte de mi tratamiento. Seguido me dijo que me pusiera a cuatro patas en la cama y siguió con el tacto rectal hasta quedase todo el ano bien lubricado. Sentia un placer que llevaba mucho tiempo buscando, fue único. A continuación me puso un tapón en el culo y me dijo que me tumbara en la cama boca arriba. Me puso un termómetro en la boca y mientras el termómetro cogía la temperatura, apoyó un vibrador en mi tapon y empezó a vibrar todo mi interior. Fue una sensación muy agradable. Cuando el termómetro terminó, mi señora lo tomo y vio la temperatura. Tenía fiebre así que necesitaba un supositorio. Me quitó el tapón con mucho cariño, y cogió un supositorio, lo sacó de su envoltorio y me lo metió hasta el fondo con su dedo enguantado. Dolia y lloraba pero sabía que mi señora lo hacía por mi bien. Me volvió a colocar el tapón en el culo y me puso un pañal. Acto seguido me dijo que me levantara y me pusiera en su regazo. Me puse y empezó a azotarme el culo por portarme mal. Dolia y lloraba como un niño pequeño siendo castigado por sus padres. Como no tuve suficiente castigo, mi señora enfermera me quitó el pañal y el tapón y me dijo que me pusiera a cuatro patas en la bañera. Me iba a poner un enema. Cogió una de las peras para enemas de la mesa. Era grande y de color rosa. Lo llenó de agua en el lavabo, me lo metió por el culo hasta el fondo y liberó todo el agua que había en la pera. Dolia mucho y lloraba mucho como niño pequeño pero sabía que era necesario para corregir mi mala conducta. Como yo sentía que no tenía suficiente castigo, le pedí a mi señora que me pusiera mas enemas. Entonces volvió a llenar la pera de agua y me lo volvió a insertar en el culo y soltar todo el líquido, repitiendolo varias veces. Yo lloraba mucho pero sabía que era por una buena razón. Después de varios enemas, mi señora me dijo que se había acabado el tiempo. Me dijo que me podía duchar y me acercó una toalla. Al terminar me vestí y hablamos un poquito sobre como fue la experiencia. Jamás había sentido semejante placer. Me despedí de ella y me puse rumbo a mi apartamento. De camino a casa todavía sentía los efectos del enema y tenía que aguantar hasta llegar. Una vez llegue, solté todo lo que había quedado del enema y terminé lo que empecé a hacer durante la sesión pero no pude terminar.
Muchas gracias mi señora Artemisa por esta experiencia tan inolvidable y estoy seguro de que va haber una próxima vez."
La voz de la Señora Artemisa:
Siempre estoy encantada de hacer de enfermera con pacientes tan dóciles. Enhorabuena
Si tú también fantaseas con una enfermera, ponte en contacto conmigo : https://domina-artemisa.wixsite.com/my-site/blog
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