Así que empiezo ofreciéndole probar mi saliva. Si está de acuerdo, le ofrezco probar mi champán durante nuestra próxima sesión. Habiéndose acostumbrado a consumir mi orina, algunos me piden ir más allá: quieren probar mi caviar. Siempre les pongo a prueba porque sé que para muchos es una fantasía que tiene que quedarse así. Sin embargo, acabo cagando en la boca de los más perseverantes, que me lo piden sin ninguna culpa.
Si te gustan estos juegos, ponte en contacto con la Señora Artemisa : https://domina-artemisa.wixsite.com/my-site/about-3-2
Comments