Su aplomo me hizo reír. Su punto a su favor era que ya consideraba que su polla me sería inútil y que sólo su lengua bastaría. Después de varios días de castidad, habiendo encerrado su polla en una jaula de castidad, pude comprobar su inmenso deseo. A través de la jaula, su polla babeaba líquido preseminal. Entonces le dije que había cambiado de opinión y que le convertiría en un buen lameculos. Su deseo era tan grande que quedó satisfecho, lleno de la mayor gratitud hacia mí.
Si quieres convertirte en un buen lamedor de coño (pero quizá sólo de ano), ponte en contacto con la Señora Artemisa : https://domina-artemisa.wixsite.com/my-site/about-3-2
La posición de lamecoños es la más apreciada por cualquier esclavo ya que da acceso al lugar más sagrado de la Hembra-Diosa, por tanto debe ganarse demostrando habilidad con la lengua en otras partes y con formación rigurosa que incluya fuertes castigos ante un desempeño no óptimo.