top of page

¿Eres principiante? Esta es mi visión del BDSM:

ree

Recibo regularmente llamadas o mensajes de sumisos que desearían conocerme, pero que tienen «miedo» de que sea demasiado dura con ellos. Puedes estar tranquilo en ese sentido. Siempre que seas cortés, no tengo ninguna exigencia en cuanto a las prácticas BDSM. Realmente ninguna.

Disfruto tanto con un fetichista de los pies recién lavados como con otro al que le gusten muy sucios u olorosos. Lo mismo ocurre con el facesitting, el trampling, el castigo corporal, etc. Algunos no quieren nada de eso, otros desean que se «sugiera» o se realice de forma muy suave, y otros, por el contrario, quieren que se haga de forma explícita, con fuerza, dejando marcas y provocando sensaciones muy intensas.

Del mismo modo, algunos no conciben el BDSM sin que ello se traduzca en una deshumanización y degradación total (con palabras y actos), mientras que otros prefieren que las cosas se desarrollen de forma tranquila, apacible, incluso con alegría y buen humor...

A algunos les basta con el símbolo, a otros les gustan las sensaciones fuertes y explícitas. No hay discusión posible. Solo hay que saberlo ANTES para que todo salga bien.


En primer lugar, a riesgo de sorprender o decepcionar a algunos, o incluso a muchos, no hay realmente sadismo en mí. No disfruto viéndote sufrir contra tu voluntad. Por lo tanto, sería la última en atarte a la fuerza y azotarte hasta hacerte sangrar, o en obligarte a tragar mi caviar a golpes de fusta si creo que no estás preparado para ello.

Pero en cualquier caso en el que seas voluntario, lo haré con mucho gusto, porque me encanta que te sometas a mi autoridad, incluso aceptando el dolor.

Lo que me gusta, por tanto, no es obligarte directamente, sino que, de forma espontánea, aunque solo sea durante la sesión, estés a mi merced sin que yo tenga que exigirlo.

Es precisamente por esta razón por la que el tratamiento de usted es obligatorio conmigo, ya que es la primera señal de deferencia. Por mi parte, siempre te tutearé.

Porque lo que más me gusta es tu devoción, tu docilidad, tu irresistible deseo de complacerme, en otras palabras, tu consentimiento, incluso si se aplica a un ámbito inexplorado o que te produce ansiedad. Me gusta que te superes por el simple placer de complacerme, para atraer mi mirada, mi atención y, en cierto modo, mi respeto. ¿Acaso no respeta todo amo digno de ese nombre a su perro salvador tras un logro excepcional? ¿A su esclavo tras una prueba incontestable de su devoción?

Así que, si por ejemplo te fascina la idea de convertirte en el perfecto retrete de Señora Artemisa (estoy tomando deliberadamente un fetichismo extremo), me comprometo a entrenarte progresivamente para ello, y durante nuestros juegos me aseguraré de que lo consigas, y me encantará si noto que te esfuerzas de verdad por progresar.

Si eres una mujer dominante y atractiva, ponte en contacto con Señora Artemisa:

Si eres curioso y principiante, no te preocupes, ella sabrá ser muy progresiva.

Pero si, por otro lado, lo que te interesa del BDSM es simplemente mimar mis pies, por ejemplo, eso también me parecerá bien, siempre y cuando no tenga ninguna duda sobre tu motivación y devoción en este ámbito. Quiero ser la reina de nuestros juegos, sean cuales sean.

En cuanto a los castigos corporales, su principal función es dar mucho realismo a nuestro juego. Por lo tanto, me parecen necesarios si no son gratuitos. Siempre hay una buena razón para castigar a un sumiso 🙂

Sin embargo, también en este caso respeto escrupulosamente los límites del sumiso. Así que si no quieres marcas, no tendrás ninguna, y si incluso los golpes ligeros te resultan insoportables, entonces serán solo simbólicos. Pero si te gusta este tipo de castigos, dudo que puedas sentirte decepcionado, ya que es una de mis prácticas favoritas y puedo llegar MUY lejos en este ámbito...

Si es necesario, se te mirará con superioridad, pero con benevolencia, si has soportado sin (demasiado) protestar una merecida reprimenda, pero ten por seguro que también se te mirará así cada vez que, de una forma u otra, hayas sido capaz de salir de tu zona de confort para impresionarme. Para demostrarme, con hechos, que aceptas, aunque sea de forma muy sutil, pensar y actuar en contra de ti mismo, de tus miedos, de tus convicciones más profundas, solo para demostrarme la confianza y la devoción que me profesas.

Algunos podrían decir que, desde la perspectiva de que te prohíbes decepcionarme, esto sigue siendo una restricción. Quizás, pero esta restricción se basa únicamente en tu apego a mi poder o en tu postura de sumisión, aunque solo sea durante la sesión. Por lo tanto, depende de TU libre albedrío. Además, esta restricción siempre será progresiva, gradual. Cada sumiso es un caso particular, una piedra en bruto que hay que moldear de forma única para llevarlo sin prisas a trascenderse un poco más en cada encuentro.

Por lo tanto, no tienes ninguna razón para no dar el paso, SALVO que no tengas ni idea de lo que esperas, de tus límites, de tu motivación para someterte a mis pies. En ese caso, tómate todo el tiempo que necesites para pensarlo antes de llamarme. Mi página web contiene todo lo necesario para inspirarte.

Y si algún día me equivoco, si creo que estás preparado para algo para lo que aún no estás preparado... Solo tendrás que utilizar la frase mágica: «Piedad, ama»... No hará falta decir nada más para dar por terminada la sesión.


Señora Artemisa

Si eres principiantes o confirmado, no dudes en leer mi web: https://domina-artemisa.wixsite.com/my-site

Comentarios


bottom of page