Al principio de nuestra relación se presentaba como un macho dominante con el único objetivo de follarme. ¡Mira lo que hice con él! Rápidamente se dio cuenta de que su felicidad residía más en seguir mis deseos que los suyos propios. La verdad es que le encanta este tipo de humillación y su recompensa hoy es poder comer su comida a mis pies.
Si crees que podrías convertirte en este perrito obediente, ponte en contacto con la Señora Artemisa: https://domina-artemisa.wixsite.com/my-site/about-3-2
Comments